jueves, 11 de marzo de 2010

El (mi) mundo electrónico en España. Arreglando el mundo, capitulo 1.

En el tema del comercio electrónico, tengo una opinión clara: Es un problema de oferta principalmente. Pero ahora además, añado un último ejemplo: Se aplicará el IVA en la aduana a cualquier producto comprado fuera cuyo valor conjunto producto+transporte sea de 22 euros (ALT1040). Realmente no tengo idea ni de economía ni de políticas fiscales, pero a todas luces incluir el transporte para aplicar IVA en la aduana es excesivo... O sea, que van perdiendo puntos los chollitos que se podían comprar por ahí.

Pasando a mi otro gran amor después de los medios de pago, las instituciones públicas, el balance a día de hoy es claramente mejorable -hablando siempre, como dice el título del post, del mundo electrónico. Hay iniciativas espectaculares que todos conocemos: dni-e, factura-e y organismos como la Agencia Tributaria con un nivel espectacular, envidia de muchos países, que sin duda son una alegría. Además, también hay iniciativas menos espectaculares, pero muy interesantes, como el Desafío AbreDatos 2010 (Blog de Manuel Pereira), un concurso de desarrollo "exprés" de software para servicios tecnológicos al ciudadano, que demuestra que con 2 duros, pero con ganas, se puede avanzar mucho.

Con ese ánimo que se intuye en cualquier conversación de barra de bar intentando arreglar el mundo, voy a enumerar los 3 principales problemas que solucionaría para avanzar electrónicamente. No son problemas de base. No es una filosofía estratégica. Son temas tácticos que resueltos nos permitirían estar en otro escalón, tanto a nivel económico como político:
  1. La tibieza del gobierno a implantar la factura electrónica en la administración pública es una clara piedra en el camino de la modernización, de la reducción de costes y de la productividad (necesarias, y que habrá que pagar en otros conceptos: empleo, pensiones, salarios o servicios sociales). Eso sí, ya que somos presidentes europeos hacemos una cumbre sobre el tema en Madrid, a la que me he apuntado (ya veremos si me dejan asistir, que el aforo es gratis pero limitado). Actualizado 31/03: Que sí me dejan asistir.
  2. La falta de visión de la administración electrónica en la propia administración pública: En el caso de la  transparencia en  organismos y similares, mientras que p.ej. la Casa del Rey propugna una transparencia limitada (agenda a toro pasado, pero de euros, ni hablar), el ayuntamiento de Madrid libera datos, pero no dice cuáles y además, obliga a identificarse antes de acceder a ellos. Sobran esas miserias, aunque les reconozco que es de los buenos, porque muchos, ni eso. Y de hecho, aún gracias ya que cuando la vicepresidenta 1a del Gobierno habla del tema, todo se reduce a dar cursos a los funcionarios sobre el tema, sin tocar ni una mota de polvo de nuestra vetusta admininistración (ver Apuntes Electrónicos).
  3. La decisión firme y clara por el software libre en las administraciones (lo que en ningún caso quiere decir que no se acepte un Word para un escrito o documento). El CENATIC está bien, pero no es suficiente, no vale el tema de "consejos vendo y para mí no tengo". Hay que apostar por un campo que nos da tecnología, trabajo, formación y la posibilidad de desarrollar tecnología del conocimiento en igualdad de condiciones con cualquiera. Y encima es bueno, ojo, y en muchos casos, mejor que el privativo.
    Eso sí, con cuidado, basta con ver cómo se las gastan al otro lado del atlántico: La industria de EE.UU pide a su gobierno que vigile a países por promover el software libre (vía ALT1040). Lo que faltaba por ver, aunque este gobierno lo suscribirá. Al tiempo.


Por supuesto, dejando aparte de todo esto las nauseabundas acciones del gobierno, que incluyen desde la famosa "patada en el router" de la LES hasta aprovechar la presidencia europea para instalar la represión en internet, pasando por la participación en el tratado ACTA (y conociendo lo que hacen aquí, no quiero ni pensar en lo que hacen en ACTA cuyas deliberaciones son secretas!!!! Por cierto, los países "de verdad" ya han protestado: Alemania, Holanda, Bélgica y los escandinavos, qué envidia). Y también habría que nombrar el impuesto revolucionario que penaliza la tecnología, aka canon digital.

Todas estas aseveraciones se resumen en una: No vamos suficientemente deprisa. Ponemos palos en la rueda. Y nos va a doler.

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